El Ecuador, por ser colonia española se edificaron casas y otras construcciones bajo un estilo arquitectónico específico. Mientras que en los andes, en la sierra, se construían casas con adobe y piedras. En la costa usaban casi siempre solo madera. En ambas ciudades se alzaron construcciones enormes como las iglesias y catedrales, pero tres incendios transformaron totalmente la ciudad de Guayaquil y las mismas.

Digo transformar, porque literalmente se quemaron prácticamente en su totalidad. El 5 de octubre de 1896, por tres días seguidos, las llamas se dispersaron por toda la ciudad, destruyendo todo lo que tocaba. Dos iglesias grandes se quemaron esos días: La Catedral de Guayaquil y la Iglesia de San Francisco.

Años después del incendio se reconstruyó la ciudad con cemento y materiales más resistentes a otros posibles incendios y las iglesias nuevamente se mostraron imponentes.

Más allá de evidenciar un pasado que tiene vínculos con la religión y el cristianismo, las iglesias son verdaderas obras de arte. Cientos de años han sido modificadas por diferentes modas de la época. Están llenas de pintura clásica, decoraciones exuberantes y majestuosas. Es como si transportaran a otro tiempo, siempre un espacio de meditación y de silencio. Visitar templos debe ser algo primordial en cualquier viaje familiar.

Nos vemos en el bus!